sábado, 20 de julio de 2013

BCN-Cabo Norte-Nurburgring-Bcn 2013

 Bcn-Nordkapp-Nürburgring-Bcn

Parte 1


Por primera vez en mi vida adulta, iba a tener un mes de vacaciones. Esa era la petición que hice en mi empresa hace un año ya y me ha concedierón a modo de regalo por mi 50 aniversario.

Así pues había que aprovecharlo.



En solitario

Me hubiese gustado que mi mujer hiciera este viaje conmigo, pero a medida que se acerca la fecha, se iba echando atrás, por lo que finalmente fui solo. En las palizas maratonianas que hice gran parte de los dias me dí cuenta que seguramente fuera lo mejor.

Vi muchas parejas en ruta y la verdad me alegré de ir solo. Ellas van con ellos por amor o por lo que sea, pero las caras de unos y otras no son las mismas.
También vi muchos grupos de dos de tres o más, pero tampoco en ningún momento me dieron envidia. Aunque en algún tramo, no habría estado mal rodar con algunos de mis amigos.

Por lo que hacer un viaje así en solitario, a mi modo de ver no es una hazaña, sino una manera de ir a tu aire, sin dar explicaciones a nadie y estando con uno mismo que a veces también es necesario y muy sano.


La moto



Este será mi medio de transporte, para llevarme y traerme de vuelta.

Con casi 130.000 kms y 0 averías en su haber, le hago la revisión pertinente.
Aceites ,filtros y ruedas nuevas, todo hecho como siempre en casa, por lo que la moto sale del garaje lista para rodar





Lo de 0 averías  es algo que llevamos con orgullo. Quizás las manos que la tocan, y seguramente un buen puñado de suerte sean la explicación.

Pero al mismo tiempo da que pensar. Ya que tarde o temprano romperá por un sitio u otro y la posibilidad que eso pase, una avería grave lejos de casa me preocupa. Aunque no me quita el sueño, nunca ha pisado un taller y así debe seguir.

Llevo las herramientas que me permite el poco espacio debajo del asiento. Unas galgas, llaves fijas y estrella, todo tipo de torx, aceite, bombillas y un pequeño manómetro digital.
Para este viaje el bueno de Alex, me presto un asiento confort el cual me hizo el viaje un poco más agradable.
Monté unas pequeñas alzas de manillar que corrían por casa y poca cosa más.


La ruta



La preparación de la ruta no es algo que me entusiasme. Después de leer muchas crónicas y extraer lo más interesante, me centré en la de mi amigo Joan, tío pulcro y ordenado donde los haya. 






La ruta en principio fue así






Aunque sufriría variaciones, por ahí anda la cosa.



La logística



Me llevo más ropa de la que voy a necesitar, la mitad de ella ropa interior vieja, que con paciencia iba guardando para cuando llegara el momento. Esta es de usar y tirar y así se va aligerando la carga con el paso de los días.

La ropa de moto pues la de invierno, con los forros interiores, guantes de invierno, de verano y unas manoplas de lluvia.

No llevo hornillo ni tienda de campaña.

Y con la comida lo mismo, me llevo demasiada, pero en este caso más vale que sobre que no que falte.

Todo esto debe entrar en una maleta.






Los pringuels del fondo no conseguí meterlos.

300 € en metálico (que no usaría hasta los tres últimos días), una visa y una mastercard.
Pasaporte, tarjeta sanitaria Europea, seguro moto, etc.


La fiesta



Dos días antes de mi partida, mi mujer y mis amigos deciden darme una fiesta sorpresa, ya que el día de mi aniversario se supone que estaré de viaje. Yo tenia un buen lío en el garaje con la moto medio desmontada.

Como he dicho la fiesta era sorpresa, pero ya hacia unos días que se sucedían cosas raras y uno tenia la mosca detrás de la oreja.
Mi hermano que "casualmente" estaba por casa ese fin de semana, mientras yo iba acabando con la moto, insistía que quería que le diera una vuelta...que si te falta mucho, en que te puedo ayudar.... Algo me decía que no sabía bien el porque, pero me estaban metiendo presión.
Acabo con la moto todo sudado y le digo... me ducho y vamos a dar esa vuelta.
Saco la moto de la rampa y veo un tropel de coches de frente, pitando por la calle.
Ahí están mis colegas con sus mujeres y niños que por lo visto llevaban mucho rato ya escondidos a unos metros de mi casa, esperando que me fuera para darme la sorpresa a mi vuelta.

La cosa se vé que pudo ir así...
-Está acabando con la rueda delantera-
Había uno que espiaba por allí cerca...
-Parece que la saca de nuevo-
-Si, la ha sacado !-¿Que pasa?
-Se olvidó de equilibrarla- 


Finalmente acabé con la moto y nos dedicamos en pleno a la fiesta, en la cual cayeron unos cuantos regalitos y en especial un casco la mar de guapo que estrenaría en mi viaje.





¡¡Gracias!!



El viaje



Día 1 de Julio. Korbera (BCN)-Dijon. 850 kms.




Tras la resaca de la fiesta llega la hora de partir. Todo está a punto y preparado desde el día anterior.






He quedado a las 7.30 con mi colega de rutas Monty, para tomar café cerca de casa. Él es quién me ha prestado su navegador. Algo que usaré por primera vez, atrás dejo el romanticismo de mis mapas, aunque los sigo llevando bien a la vista.






En mi última experiencia por la Selva Negra, en la que me tenía que parar en cada cruce para revisar el mapa, me dije que para la próxima, llevaría un poco más de ayuda. Y sí, realmente son de mucha ayuda a la hora de cruzar ciudades o de guiarte hasta la puerta del hotel. Aunque a veces también te dejan encima de un puente y te dicen que ya estás en el hotel, cuando este está justo debajo del puente.

Pues nos tomamos el cafelito y nos despedimos, no sin antes hacer una foto del kilometraje inicial.





La moto como era de esperar, se siente pesada y con los neumáticos nuevos hay que andar fino los primeros kms.

El día acompaña y enfilo autopista dirección norte, esta jornada no va a tener nada de especial más que ir haciendo kms por autopista. Embotellamiento en Lyon, donde los coches siguen mostrando un respeto por las motos que uno desearía para aquí. Circular entre dos carriles de coches parados, es la mar de gratificante cuando estos te abren un paso por el que vas sin estrechez alguna.
Pasado el colapso prosigo hasta la primera parada del viaje, que será en Dijon. Me estreno con el navegador y le mando buscar hoteles. Me encuentra varios cerca y mientras voy en busca de ellos, veo un F1, que es donde finalmente pasare la noche.





Aquí todavía me ofrecen la opción de habitación para fumadores, y por supuesto la cojo.

Al abrir la puerta, la ostia que mete el olor es bestial, entiendo porque ya en la mayoría de hoteles o en todos de Alemania para arriba ya no es posible fumar.
Pero después de dejarla yo y fumarme mis puritos, no creo que vaya a oler mejor.
Un poco de cena en la habitación, ordenar la ruta para el día siguiente y a dormir.


Día 2 Dijon - Bremen 880Kms.



Otra jornada de autopista, en la que cruzo Luxemburgo y entro en Alemania donde a la altura de Trier, enlazo autopista por un tramo de nacional.

Y es allí donde me doy cuenta que me estoy adaptando a las nuevas tecnologías, cuando sin quererlo me encuentro haciendo turismo fuera de ruta.
Otra vez en ruta sigo sin más hasta Bremen
Ahora si, he descubierto las Autobahn. La otra vez que estuve por aquí ni las pisé y realmente es espectacular. Yo a mi ritmo, unos 140 de marcador, debía ser conservador por los neumáticos, ya que rara vez consigo llegar a los 10.000 
El respeto de esta gente por los demás conductores, es encomiable.
Si circulando por el carril central, me iba a encontrar con un camión, el coche que venía por la izquierda, a bastante más de 200 kms/h, frenaba él para que pudiera pasar yo .Esto en mi país es impensable.

Yo que me paso la vida en la carretera, puedo asegurar que aquí, se hace justo lo contrario.
Cuando era yo el que iba por la izquierda y el coche del carril central, se encontraba el obstáculo, antes de que yo pudiera frenar, lo hacía él visiblemente, para no entorpecer mi marcha.
También alguno hay porque haberlos haylos, que van echando luces a los que les estorban. Cruzando Alemania de arriba a bajo y de abajo arriba, vi a dos.

Aquí ya tengo hotel cogido la noche anterior por Booking, mucho mejor para mí que andar buscando a la llegada.
El garmin me lleva a las afueras de la ciudad, en un tranquilo barrio obrero.
Lo que en la foto parecía una bonita casa de campo, en la realidad era una casa de barrio, que en sus tiempos, seguro tuvo mejor aspecto.






La habitación amplia al igual que el baño, pero un poco añejo todo.

A cambio una chica muy agradable que desmonta los tópicos de la sobriedad germana, con la cual intercambio mis dos frases en alemán, no sin ser corregido a posteriori, por la mala pronunciación. 
Y empiezo con lo que a partir de ahora iba a ser mi rutina diaria. Descargar moto, poner a cargar diversos chismes, revisar y poner a punto la ruta para el día siguiente y conectarme con el portátil, entre otras para buscar alojamiento para la siguiente noche.


Día 3 Bremen-Copenague 580 kms.



Suena el despertador a las 6.30 y empiezo la rutina en sentido inverso. Recojo bolsas, desayuno, monto equipaje en la moto y a las 8 ya estoy en ruta.

Esta vez voy con destino a la capital de Dinamarca, donde hay dos opciones, o ir por Kolding dando algo más de vuelta o coger un ferry de Puttgarden (D) a Rodbyhavn (DK).
En este caso voy a ir por tierra, o sea por la primera, y la segunda la haré en la bajada.
El día se ha empezado a tapar saliendo de Alemania y la lluvia me acompañara casi hasta destino.
Aquí la velocidad ya está más controlada, 130 kms/h. como máximo. Paso mi primer gran puente que va de Nyborg a Korsor, 8 kms de hormigón suspendido encima del agua. Aquí ha dejado de llover, para que pueda disfrutar aún más si cabe de esta construcción.
En menos de una hora ya estoy en la puerta del hotel en pleno centro y voy a conocer un poco esta ciudad.





El hotel resulta estar al ladito del Tivoli.

Y la moto a buen recaudo en su patio interior junto a las bicicletas.





Pues lo dicho, ha descargar bártulos, una duchita y a patear un poco. Estirar las piernas paseando entre canales.






Y bicicletas






Llego al barrio de Christiania






Barrio hippie donde fui siguiendo la música hasta llegar a un concierto de veteranos, que tocaban clásicos de siempre, con una fidelidad tal, que hasta que no los vi, realmente creía que se trataba de un disco.







Yo que soy fumador, me estaba mareando con el humo de los allí presentes. Lo atribuyo al cansancio del dia...O no.

Vuelta al hotel y a descansar.
No sin antes bajar a fumar. Allí en la esquina de mi céntrico hotel pasada la medianoche, descubro otra ciudad, mucha gente descalza hurgando en las basuras, recogiendo colillas del suelo, putas, chorizos y demás.
Las grandes ciudades, ya sean del norte o del sur, tienen su día guiri y su noche lumpen.
Pero aquí lo que me sorprendió, es que el más mísero de los desahuciados, con el que algo pude conversar mientras yo fumaba y él buscaba colillas, hablan un ingles perfecto.


Día 4 Copenague-Estocolmo 650 Kms.



Salida complicada de la ciudad. Sin el Gps, todavía estaría dando vueltas por allí.

Le puse ya la dirección del siguiente hotel en la capital sueca y aquí erré, ya que no me llevo por la ruta que tenía preestablecida, que pasaba por el largo y famoso puente de Malmo, sino que escogió su nueva ruta y me fui por la vía más corta. Que era subir hasta Helsinborg, donde embarcando en mi primer ferry, entraría en Suecia...
No me importó demasiado ya que el puente lo haría a la vuelta también y así no repetía ese tramo.
Mi primer embarque





Si no fuera porque me mareo, eso de ver alejarse la costa es una sensación única, en la que el viaje se hace latente






Ahí se queda Dinamarca y ahora vista al frente






Yihaaaa!



Suecia, país de carreteras monótonas y contrastes de modas sociales.

A pesar de tener algunos tramos de autovías (gratuitas), la mayor parte de sus vías son carreteras de doble sentido que de vez en cuando, incorporan un tercer carril, para poder adelantar a los largos camiones que por allí andan. Volvos y Scania como no podía ser de otra manera.

Al parar a comer algo en un bar de carretera...





Veo repostando un coche familiar de estos americanos, todo destartalado, con banderas colgando y chicos malos a su alrededor, subiendo el volumen a toda castaña, mientras toman un refresco aporreando el coche. Más al fondo hay otros colegas con otro coche del estilo, pero más destartalado si cabe. También malotes, son los colegas de estos y a mi derecha llega otro cochazo estilo años 60, pero este está impecable. De sus tres plazas delanteras, bajan dos chicas y un chico, vestidos de época y punta en blanco. Gafas de sol los tres, gomina él y vestiditos blancos ellas. Solo faltaba la música de Grease, estos eran los chicos buenos.

Un poco de cachondeo de los malotes y unas sonrisitas tímidas de las goodgirls. Al final se saludan, se ve que se conocen y los badboys se marchan dando gas y haciendo rechinar la correa del alternador.
Esto luego lo fui viendo a lo largo de Suecia, muchas casas en sus garajes tenían coches de época, de esa época concretamente. Y lo bueno es que en alguna marca de las que me fije, no me parecieron que fueran americanos, sino que parecían de fabricación sueca, pero con patrón yankie.
El paisaje fue siempre igual, rodeado de coníferas a derecha y a izquierda, km. tras km.
Lo único que hacía estar en alerta son esos guardarraíles que tienen, tres o cuatro cables de acero bien tensados a ambos lados. En algún tramo no veía otra cosa y se me llegó a hacer la carretera estrecha, de pensar en una caída con semejantes cuchillos esperando.
Esta claro que los suecos, no quieren motoristas heridos, o bien vivos o a trozos, para enviarlos a casa en un paquete.
Ya en Estocolmo solo es cuestión de llegar al puerto y encontrar el barco en el que me alojaré esta noche.
Me pareció tan original la idea, que se me pasó por alto lo de mis mareos.
Por lo menos llevo una cajíta de biodramínas.
Doy con el barco





 Intento meterlo todo en el camarote






Lo que no es tarea fácil.

No se mueve mucho pero me da a mí ...Que me tomo una pastillica, por si acaso.
Pero tenía su que eso de dormir en un hotel flotante.





Pues duchita y a estirar las piernas.

Hoy sacaré algo de efectivo, unas pocas coronas para cafés y demás.
Estocolmo me ha parecido desproporcionadamente grande, o vacía de gente. Como muy desangelada.




Ya empieza a costar oscurecer, y las vistas desde el barco son fenomenales








Por cierto, por la noche cuando cesó el movimiento en el puerto, el barco se estuvo quietecito 



Dia 5 Estocolmo -Skelleftea 780kms.



Otro día de aburridas carreteras suecas. A medio camino veo en el mapa un parque nacional y para allá que me voy, a ver si me despejo un poco rompiendo la monotonía.






Tras subir unos cuantos kms, por pistas de tierra entre el espeso bosque, al llegar al final hay un parquing y una invitación para seguir andando, la cual rechazo.

Hoy no tengo reserva en ningún sito por lo que tendré que espabilar.
A la salida de la población de Skelleftea ya cerquita de Finlandia, veo un camping y me meto en busca de mi primera cabaña.
Hacia un calor sofocante y ya empezaba a estar cansado. El camping era uno de esos enooormes complejos .
En recepción, pido si tienen cabañas y me dice que sí, pero que las rulotes son más económicas. Pues dame una. Sosa la tia como ella sola.
¿Donde estaban las suecas de las películas de José Luis Lopez Vazquez y Alfredo Landa?
Me dá un plano del camping y me cuesta hasta tres paradas para preguntar por la parcela. Cuando doy con ella veo dos rulotesy mi parcela vacía.
Al momento interpreto que o voy con un cacharro de esos o duermo en el verde suelo.
Vuelta a recepción y maldigo mi ingles por no poder desahogarme con la sueca como es debido.
Vuelvo a entrar casco en mano y le digo. ¿Ves que vengo en moto?
¿Entonces una cabaña?
La madre que la parió.




Al fin en mi cabaña sudado como un pollo, pero con perspectivas de dormir bajo techado.

Aquí el día ya se ha alargado más de lo que yo he aguantado para comprobar hasta donde.
Son las dos de la madrugada y hay un bonito crepúsculo.


Día 6 Skelleftea-Rovaniemi 370 kms




Hoy es sábado y la ruta pasa tranquilamente.

La anécdota del día ha sido que he tenido que deshacer camino en busca de una gasolinera, cada vez se van espaciando más.
Según en el GPS por delante no voy a llegar a ninguna gasolinera con el combustible que me queda, tengo que volver sobre mis pasos unos 30 kms., que es la última por la que he pasado, aún así llegaré muy justíto.
Cuando llego al sitio indicado no veo nada, hay como un depósito para subministro de camiones, me doy otra vuelta por el lugar y en un rincón escondido veo un poste, al que me acerco temeroso de que no sea lo que parece... ¡Pero lo es! Esta vez me he salvado. Meto la tarjetita, lleno y a correr de nuevo.


Al poco rato ya entro en Finlandia.






Aquí ya me invade la sensación de que estoy en un lugar remoto, aunque esté a cinco días de casa.



Las carreteras siguen siendo un tiralíneas, pero más despejadas en cuanto a vegetación que en Suecia.






Un carril por sentido pero ya sin guardarrailes y algunas con unos generosos arcenes. que sirven para que camiones y coches, se metan en ellos cuando te ven detrás.

La conducción siempre un poco alerta, ya que las constantes señales de renos, no están puestas porque si.
De momento solo he visto dos, estaban muertos en la cuneta en un tramo de Suecia.


Y así tranquilamente llego a Rovaniemi. En la linea del Circulo Polar Artico.






Primero me voy al hotel a descargar la moto y ya veo que estoy metido en un parque temático






El hotel, tiene piscina y hacerme mil metros, me vendría de perlas para estirar el cuerpo un poco.

Pero aquí han cambiado la hora y por la tarde ya no me dará tiempo.
Voy a comprar unos souvenirs al complejo turístico en la linea del circulo polar ártico y a hacer las fotos de rigor.










Se desvanece la idea de la piscina, pero la esperanza es lo último que se pierde.

El domingo la abren de 7 a 8 de la mañana. Diles raros también.

Aquí el sol ya me gana la partida y no piensa esconderse en toda la noche. Sobre las tres de la madrugada decido acostarme, estoy descontrolado con el cambio horario. Me pongo el despertador a las 6.30 para ir a la piscina y desayunar después.
Me levanto muerto de sueño cojo una toalla y me voy a la jodida piscina. Llego a recepción donde curiosamente hay un montón de relojes, con las horas de diferentes lugares del mundo y en el mio son las 5.30 AM. Me vuelvo a la cama y que le den al agua.
Justito para el desayuno me levanto, soy el primero. Entra un autocar de rusos, pero yo ya estoy listo para montar la moto y empezar a rodar y dejar atrás el pueblo de Papa Noël.


Día 7 Rovaniemi-Horningsvag-NKP 800 kms




El día no pinta mal y voy bien de tiempo para hacer la tirada que tengo prevista.

Aunque el tiempo aquí es relativo donde a partir de ahora, ya no se me hará de noche.
Además también tengo alojamiento, lo que me da más tranquilidad.


Al poco de salir ya estoy entrando en Noruega






Donde espero pasar unos cuantos días.

Nada más entrar ya se aprecian dos cosas,
una velocidad muy restrictiva y la carretera se empieza a retorcer...Por fin !


Paro en una zona de Piknik de las que abundan por aquí, para comer un poco. También tienen WC pues entro a echar una meadilla.

Una vez y no más. !Que asco! Un agujero seco con sus correspondientes regalos.
No, no voy a poner la foto del agujero, mejor por fuera que es más bonito





Llego a Alta y me he de cargar de paciencia, ya que las limitaciones de 50 y 60 kms/h se hacen eternas.

Finalmente lo supero y empiezo a subir hacia Honingsbag. La sensación es de subir, pero realmente siempre se va muy cerca del mar.





El paisaje ya ha cambiado totalmente



Y la cámara empieza a disparar constantemente







El cielo se está volviendo amenazador y las rafagas de viento me están poniendo en apuros.

Tantos que cuando viene un coche de cara tengo que agarrarme fuerte y mirar mi punto de paso, porque el aire me desplaza de un lado a otro de la carretera.





Aún así, paro constantemente para fotografiar los bellos paisajes

que me voy encontrando.






Llego a un túnel que pasa por debajo del mar,  a pocos kilómetros de mi destino. Aunque creo que hoy el destino es incierto.

Lo único que sé es que voy a dormir muy poco también.





El túnel es impresionante, va bajando en ligera pendiente durante unos 3 kms., luego llanea algo menos de 1 km., justo en ese momento por encima todo es agua y finalmente sube otros 3 kms. para ya salir al exterior.



Una vez fuera las vistas siguen siendo espectaculares






Llego al hotel de Honingsvag y me da tiempo de descargar la moto, justo antes de que empiece a llover.

Estoy algo nervioso porque quiero hacer muchas cosas y creo que no me dará tiempo.
Tiempo, tiempo... Me relajo y me decido a poner orden.
Tengo ahora mismo todo el tiempo de mundo, no va a oscurecer.
Voy al súper a comprar alguna cosa para cenar.
Joder que ligera va la moto sin el equipaje.
Una vez hecha la compra, me voy a otro punto de obligada foto






Es una chorrada pero lo hemos visto tantas veces, que no se puede resistir la tentación.



Sabía que el negocio era de unos españoles y nada más entrar ya escuché hablar en castellano y hablando en castellano con una de las chicas me dice que es de Badalona, por lo que acabamos hablando en Catalán.

Eso también me ayudó a relajarme, poder hablar mi idioma.


Una buena cena tras la cual parece que desaparecen las lluvias y posibles amenazas.



Son las once y media de la noche.¿Noche?? Lo dejamos en en las 23.30.

Y ya por fin me dirijo a la bolita de marras disfrutando de una luz y unos paisajes increíbles.









Ya casi llegando







Para entrar hay que pasar por taquilla, no se pierde oportunidad alguna en vaciar los bolsillos de los turistas, hambrientos de fotografías.







Se puede sacar un ticket por 12 o por 24 hs. Yo ansioso que soy lo saque por 24 horas unos 30€. Aunque con el de 12 me habría bastado. Una vez visto y refotografiado, no me pareció que valía la pena una segunda subida.

Son las 24 hs. y esta lleno de turistas en su mayor parte japoneses.















Hacerse una foto en la bola es una árdua tarea.






Y poco gratificante al ver el resultado.

Creo que la paciencia es una virtud, que yo poseo.


Y mientras uno hace una fotito por aquí






y otra por allá






Sin darte cuenta ya son las dos de la madrugada y la cosa ha cambiado sustancialmente.






Ahora es el momento de subir.










¡Ahora si!

Visto y fotografiado me doy por satisfecho y me voy a descansar al hotel.

Bajando me encuentro en un fiordo, en la postal perfecta.






Donde me fumo mi ultimo purito del día, en una completa calma y felicidad. 






 Día 8 Nordkapp-Burfjod 305 kms.




Como era de esperar, este dia me levanté tarde y no he salido de Honingsvag, hasta cerca de las 11.

Antes de salir hay algo que llama mi atención.
Oh,oh, ohhhhh






Tantos kms. rodando con ella y me tiene que hacer esto ahora ??

Aunque como ya dije antes, tarde o temprano, todo es susceptible de romperse.
Bueno, el aceite es muy escandaloso, y de momento solo suda un poco.
Habrá que ir pensado en las opciones que tengo.
Buscar un taller, sería la última de ellas, comprar aceite e ir rellenando, es una opción que no me agrada mucho, ya que no se lo que tira, por lo que añadiría a ojo y probablemente de más, lo que perjudicaría aún más al retén, que es el que parece que pierde
Ya iré pensando que haré con esto y como se va desarrollando el tema.
Aún me quedan más de 5.000 kms.


Me voy tal como llegué, con mucho viento y la lluvia que pasado el túnel que une la isla por debajo el mar, ya no me dejaría en toda la semana.

Hacia el medio día paro a comer alguna cosa y a tomar un café . Este café de medio litro que te sirves por aquí. A esto he tardado poco en acostumbrarme. Y eso que a mi me gusta corto, pero se empieza a agradecer, ya que la temperatura va en descenso.
Mientras hago mi ritual café- rosli, llega un motero, con los que sí sé, porque es más fácil entenderse, sea la nacionalidad que sea.
En este caso fue más sencillo, ya que quién montaba esa ADV, resulto ser de Madrid.
Curioso tipo, que se unió a mi expedición. Lo típico, si tienes que tirar tira.Que yo con lluvia voy muy tranquilo. Yo también voy tranquilo le dije, y es cierto.
Así que tras charlar un rato, ya que parece que lleva mi misma dirección vamos tirando.
A la prima curva suave , ya lo he perdido. Joer ! Que gago, tiro y me voy??
Eso estaría feo. Pues lo voy esperando y sin quererlo ya te ves metido en un grupo de dos.
Pasamos unos tramos en obras y realmente aquello no era transitable con un mínimo de seguridad. Estaban echando una capa de tierra la cuál debería ser apisonada para luego asfaltar. 
Ni apisonada ni ná. Un palmo de tierra suelta y a pasar por encima. Eso sí detrás del coche piloto de la obra. Y menos mal del coche que pisaba aquello un poco y yo seguía su rodada. Si no al suelo de cabeza, fijo.
Por el espejo veo a mi nuevo compañero, que tampoco lo está pasando nada bien con su moto.
Pasada esta mini adventura, paramos a comer algo y sigue la charla.Cazador de talentos me dijo que era. Más tarde le preguntaría si los cazaban con trampas
...Un dia me parten la cara 
Ibamos los dos dirección Tromso, pero sin destino final.


Llegando a la altura de Burfjod coronando un macizo, con nieve dispersa en sus cimas y una niebla chunga arriba.







Vemos unas cabañas un poco lujosas para mi gusto, pero cabañas al fin y al cabo.Me dice que él ya no sigue, que va a mirar si hay sitio y se queda.

A las seis de la tarde y a 7º y con las perspectivas que veo arriba, va a ser que mejor me quede yo también.


Encontramos acomodo en un pedazo de cabaña, con dos dormitorios y dos cuartos de baño.

Mi nuevo acompañante hace gala de sus dotes de negociador y conseguimos una buena rebaja, por lo que el precio final es bien asequible.





El lugar tenía una vistas espectaculares.

Los montañas nevadas arriba y los fiordos abajo.





Y la cabaña...







Esa noche fue de las pocas que cené en restaurante, Y probé el reno.

Plato triste ?? 






Ala y pá dentro que a dormir que fuera hace friío.







Día 9 Burfjord-Senja 514 Kms. http://goo.gl/maps/Tg05G



Desayunamos, y nos vamos dirección Tromso. Yo voy para allí y mi compañero ya va directo a ver las islas Lofoten. A mí todavía me quedan un par de días para eso.

La lluvia me va a acompañar prácticamente todo el dia , con una temperatura de unos 9º y muchos tramos en obras. Una jornada pesadita.
Una vez despedidos, me dirijo a Tromso con la intención de patearme un poco la ciudad. Parece que la lluvia me dará una tregua para tal evento. Tras pasar un puente de los guapos...





Me dirijo al centro, donde aparcaré la moto.No me hace mucha gracia alejarme mucho de ella, dejándola toda cargada.Y decido que me llevo la bolsa sobredepósito. Dejo el casco un momento encima de la moto y al momento estoy viendo , como mi nuevo casco mete una castaña de aúpa en el suelo, para acto seguido empezar a rodar hacia la carretera.Y uno mirando boquiabierto esperando que pase el camión de la basura y lo aplaste...

Por suerte eso no pasó y el casco se hizo solamente un pequeño rasguño.
Pero fue suficiente para que mi humor, no estuviera en horas altas.
Cargado con el casco a un hombro, la sobredeposito en el otro y el traje de romano, me voy a dar una vuelta.






La biblioteca es un edificio singular







Los paseantes






Y las gaviotas, de las cuales ya hablaré más adelante.

Aquí todavía no me daban miedo.


Y en estas que digo, sabes que, que le den. 

Cargo al moto y enfilo dirección a la isla de Senja. A los diez minutos de andar en la moto ya vuelve a llover.
La temperatura sigue bien fresquita y ya hace un par de días que voy con los guantes de invierno y los puños calefactables puestos. Y ahora el izquierdo a dejado de funcionar. Hace poco que lo arreglé , pero ya ví que todo el filamento se aguantaba con pinzas, debido a la entrada de agua. Cuando sea el momento habrá que repararlo bien.
Sigo controlando constantemente el retén del cardán , pero con tanta agua, no sé si es que pierde menos o que el agua se lo va llevando.
Hacia las seis de la tarde parece que despeja un poco y me animo a sacar la cámara.





Paso por delante de otro parque temático, que resulta estar cerrado.







Toda la tarde llorando ...



La isla de Senja es de una belleza...mmmm ¿Acojonante?









Y mira por donde al otro lado de esta playa voy a dar con un complejo hotelero

donde pasaré la noche.






Tiene una pinta espectacular. 

Y unas habitaciones que no defraudan. Su baño con el suelo siempre caliente, es ideal para dejar las botas empapadas toda la noche.


Al preguntar por una hab, al principio me la ofrecieron por 900 coronas ( algo más de 100€). Muy caro para mí. La chica vuelve a mirar y me encuentra una ( yo creo que la misma ) por 700 coronas.

Esto me pasó en un par de ocasiones y estoy seguro que si yo fuera bueno negociando, que no los soy, en más de una ocasión podía haber sacado mejor precio.
Después de una buena ducha y una merecida cena, salgo a estirar las piernas por la zona.

















El sitio espectacular. Aquí se aprecia en todo su esplendor






Por hoy ya está bien. 


Mañana empiezo relajado, ya que tengo un coger un ferry para Harstrad, que no sale hasta las 11 y el puerto lo tengo a quince minutos.

Día 10 Senja- Cerca de Svolvaer 405 Kms.






Hoy no iba a madrugar demasiado, ya que el ferry que tengo que coger para Andenes sale a la 11 de la mañana, por lo que me lo voy tomando con calma.

Una pareja de Belgas que está cargando la moto me comentan que mejor esté allí a las 10 ya que el ferry lo cargan muy rápido. 
Pues dicho y hecho, cambio el chip y me voy para el puerto que lo tengo a un cuarto de hora, la carretera que hasta allí me lleva es de las que me gustan y me empiezo a animar y voy cogiendo ritmo rápidamente.
Justo antes de un desvío adelanto un coche y ni me fijo en los carteles, pero es que allí mismo hay un pedazo curva a izquierdas la cual me lleva a una carretera destrozada, pero de vicio. Y esta se acaba en un pueblecito con un pequeño puerto pesquero, Algo me dice que aquí no voy a embarcar. Vuelta atrás y a buscar el desvío que me dejé. Allí en un gran letrero se ve un ferry pintado y debajo pone Andenes...Si es que hay que estar por lo que hay que estar.
Una vez en el puerto, veo que no hay mucha afluencia y que voy con tiempo de sobras, busco donde pagar el billete y no lo encuentro. Y no lo encuentro porque no lo hay. El punto de pago es el operario y su datófono colgado al hombro.
El tio tiene pinta pirulillas y me dice que el precio para mí es de unas 258 k, pero me enseña un ticket ya impreso de unas 180 k. y si quiero ese ticket pues eso que me ahorro. Y a mí que el tío no me da ninguna confianza.. Total que se va y cuando vuelve ya me ha dado tiempo a pensarlo y me saca el que me corresponde y eso es lo que pago. Seguramente perdí la oportunidad de ahorrarme 10€, y alguien la aprovecho, pero hice el viaje más tranquilo. ¿Y si se hunde el ferry y mi indemnización es una bici? 
Una vez pagado llega el momento de embarcar, junto conmigo entran tres chavales con motos trail, las ponemos juntas y nos las amarran los de la tripulación.





Si las amarran, esto quiere decir... Que no me he acordado de lo mio y tengo las biodraminas demasiado escondidas como para buscarlas ahora.

Quien dijo miedo...
Unas fotillos desde el barco





Ayudan a pasar el rato






Y ya solo no me da vergüenza, sino que hasta me divierte echarle morro con la gente.

Take me photo please ?






Una vez al descubierto, la cosa se empieza a menear más de lo que yo hubiese deseado, me doy una vuelta por el interior del barco y veo a la gente consumiendo compulsivamente en la cafetería, creo que allí dentro va a ser peor, por lo que decido quedarme en cubierta donde pega el frío aire. Y así de pie en la hora y media que duró el trayecto, pude aguantar más o menos estoicamente .

Llegados por fin a Andenes, lo primero que hago es ir a un cajero a sacar dinero. Me han cascado el chip de una de mis dos tarjetas y lo de pagar cafés y pequeñas chorradas a partir de ahora lo haré en metálico. Por estos lares es lo más normal, pagarlo todo con tarjeta, por pequeña que sea la cantidad, pero por eso mismo están más expuestas a fallar por ese excesivo uso. En el cajero primero pruebo con la que ha dado problemas y a funcionado perfectamente, esto ya me deja más tranquilo ya que por lo visto no falla en todas la máquinas.
Son cerca de las tres y lo mejor que puedo hacer para quitarme el resto de mareo que persiste, es meterme entre pecho y espalda un hot-dog de gasolinera, regado con una buena cocacola y rematado con un gran café.
Parece que ha dado buen resultado y que empieza a llover de nuevo .
Pongo rumbo a Sortland, que tiene un puente de los que me gustan, alto y largo, que es el punto de unión a la isla de Langoya.





La que quería recorrer por entero, pero me tengo que conformar con la mitad, ya que hoy si que se me está haciendo tarde y todavía no sé donde dormiré.

Aún así no puedo evitar el ir parando, para fotografiar esos paisajes






Esta jornada e está haciendo pesada, ya que de la ruta prevista estoy recortando etapas y aún así me da la sensación de que no avanzo.

Sigo con la ruta para coger otro ferry hasta Refnes y de aquí ya a Harstrad.
Hasta el ferry llego por una carretera bordeando un fiordo, serpenteante, estrecha y solitaria. De las que les vas cogiendo el gusto, vaya. De repente me han salido siete u ocho coches todos seguidos y por lo que parecía con prisas.
Llegado al embarcadero veo, como el ferry, probablemente el último del día, se va sin apenas pasajeros y por supuesto sin mí.





Ahora entiendo los coches que hacía tan solo cinco minutos me acababa de cruzar. Venían del ferry e iban con prisas hacia casa seguramente.

Ya son las ocho pasadas y todavía tengo que encontrar refugio para una noche seguramente lluviosa.
Doy media vuelta y desando otra vez la carretera del fiordo de la Isla de Hinnoya. Esta vez nadie de cara y el ritmo poco noruego por decirlo de alguna forma. Ahora el que tiene prisa por llegar a no se donde soy yo.
Pongo dirección Svolvaer y veo un camping que ofertan Hyters, ya veo la luz. Paro pregunto y no, no hay nada que rascar allí. Me vuelvo a enfundar el casco y de vuelta la carretera. Una carretera minada de túneles, de tantos que paso ya controlo donde tienen los radares, siempre en el mismo sitio. Visto con perspectiva, o allí son muy inocentes o aquí hay muy mala leche.
Finalmente paso uno de siete kms. de largo, que quizás sea el que me haya puesto encima de las Lofoten y por fin a unos treinta kms. de Svolvaer, encuentro un Hyter en un poblado de pescadores.





Más que un Hyter, era una casa entera para mí solo. Cocina , salón, etc.

Y otra vez las mismas, me piden 900 k, y yo le digo que negativo. pero la verdad es que estaba tan reventado que no contemplaba ninguna otra opción.
Finalmente pagué 700 k. y pude descansar y darme un paseo por la aldea antes de acostarme.








Día 11 Svolvaer-Lofoten-Svolvaer 380 kms.





Escarmentado del dia anterior lo primero que hago al llegar a Svolvaer, que lo tengo a media hora, es buscar alojamiento. A 3 kms. encuentro un buen sitio donde veo bastantes motos y buen precio. Cojo habitación y descargo la moto, ya que hoy toca recorrer, las Lofoten y el punto de inicio y final de ruta es el mismo.

Una vez descargada, dejo la bolsa sobredepósito con el mapa y la cámara de fotos a mano, las maletas vacías me servirán para dejar el casco y la bolsa cuando pare a dar una vuelta.
Que bien se va así ligerito y que relajado sin más preocupación que la de pasear y tirar fotos.
La lluvia parece que hoy me va a dar tregua y es de agradecer. La temperatura por eso se mantendrá algo baja, eso ya me molesta menos.
Las islas son espectaculares y pasas de una a otra por sus curvados puentes, algunos de ellos con semáforo para dar paso alternativo, ya que son algo estrechos. Pero se puede aprovechar esta parada también.





El primer desvío que me encuentro es para Honingsvag. Donde aprovecho para desayunar un poco y pasearlo.







El sitio está visto rápido ya que como casi todos estos pueblos no son muy grandes.



Aquí también les gusta mantener vivos los recuerdos







Como este Volvo, que está reluciente como el primer día.

Y de puente en puente voy saltando de isla en isla






Ahora me dirijo a Nusfjord










Este es un pueblo museo, donde intentan reproducir como eran estos pequeños núcleos cuando el modo de subsistencia no era otro que la pesca.












Si vas despistado, te cobran una entrada por visitarlo y si te haces el despistado, pues no.

Estos se despistaron y acabaron malamente





Siguiente parada ...







Y como no, para llegar...






Otro bonito puente.







No sé que vicio tienen con las cabezas de bacalo.

Quizás sirvan para dar gusto a esas croquetas precocinadas ¿?





Y ahora destino al último pueblo de las islas

A.
Otro paso elevado





Y allí al fondo lo tenemos






Ahí estamos...







Otro pequeño pueblo de pescadores, donde conservan una parte como museo de cara al turista y otra donde se hace la vida diaria.











Pues toca dar media vuelta y seguir.

Y así paso por Reine, que es un sito de postal










Le doy una vuelta y alguna foto más








Son curiosos estos tejados con tierra o turba, donde crece la hierba y a veces algún árbol en los más abandonados. Por lo que vi más adelante, la manera de mantener estos tejados curiosos, es subir encima de ellos unas cuantas ovejas que se encargaran de dejar la hierba bien segada.

Ya he visto todo lo planeado y me dirijo al hotel, pero la tarde acompaña y hay que aprovecharla, veo un puente que no he pasado que me queda a la izquierda de mi camino y decido que me voy a dar una excursión por esa carretera a ver donde me lleva. Sigo hasta que se acaba y llego a la postal ideal, donde me enciendo mi purito y dejo que la sonrisa tonta vaya fluyendo en mi cara.






Y ahora sí, ya directo a la ducha una buena ensalada para tres que me he comprado en el super y a dormir.



Día 12 Svolvaer-Mo i Rana 400 kms. 




Hoy toca coger otro Ferry, que en este caso me vuelve a llevar al continente. A Stutvik concretamente.

Tengo el puerto a cinco minutos y el barco no sale hasta las once, por lo que puedo desayunar y fumar relajadamente. 
El día pinta que va a ser lluvioso, pero estoy en paz con el tiempo que ayer me dio una tregua.
Mientras fumo a resguardo la fina lluvia, me voy mirando un par de Gs's allí aparcadas. Una de aceite y otra de las nuevas y la verdad es que me gustan ambas, para que negarlo, aunque la nueva tiene muy buena pinta. La única pega que les veo es que hay montones de ellas por todos sitios.
Baja el propietario de la de aceite, alemán él y mientras va cargando la moto, charlamos de motos ( la nueva no le gusta mucho ) y de rutas.Y veo que esta gente controlan mucho el tema de rutas, ya es el segundo que me sorprende con esto. Me muestra un mapa y su ruta 70 que tenía una pinta espectacular.
Y me acaba de convencer para hacer un trozo de la ruta atlántica, que en principio no tenía previsto. 
Me pongo yo también en marcha y me voy al puerto. donde parece que a parado un poco la fina lluvia. Porque esperar allí parado y lloviendo, si que sería una jodienda.
Y aquí esperan todos...





Por grandes que sean.

El viaje va a ser de una hora y media por lo menos, por lo que me voy a meter entre pecho y espalda dos peazos de biodramínas un poco antes de embarcar.
Nos amarran las motos bajo nuestra supervisión.





Y por mucho que mires en cada amarre , se lleva un rasguño u otro. Pero quedarán como heridas de pequeñas batallas.

Unas fotos de despedida de las Lofoten





Y hoy a ver si aguanto dentro, que en cubierta la cosa está muy mala. Me acomodo en una butaca y a los cinco minutos la cabeza me cae de un lado a otro como si fuera de plomo, los efectos secundarios ya me han hecho efecto.

Pasa el trayecto que ni me entero.
Viendo que ya llegamos, me voy a la bodega y empiezo a desatar la moto, me preparo todo y nada más dar la señal de salida ya estoy a punto. Salgo del barco y ya estoy rodando y adelantando a los pocos que han salido delante mio. Lloviznas, carretera mojada, pero voy muy agustito, en una sinuosa carretera secundaria que me tiene que llevar hasta la E6 dirección Mo i RanaDel ir tan agustito, paso a darme cuenta que lo que voy es durmiéndome, debido a las pastillitas de marras, por lo que veo que no me ha valido de mucho tan presta salida anterior, ya que me voy a tener que parar a tomarme un café a ver si me despejo.
Una vez conseguido esto y ya metido de lleno en una nacional que se me hacía a priori pesada, me encuentro enfrascado en trazadas la mar de divertidas y algo pasado de velocidad, lo que aquí tampoco es muy difícil.
La lluvia a dejado paso al frío y llegando al la linea del Circulo Polar esta vez en dirección sur, el viento también hace acto de presencia.
En el punto en cuestión como es lógico hago parada y es aquí donde creo que me despido de las noches blancas.





Take me photo ?? 






Así ya prosigo ruta hasta destino, donde paro en el primer hotel que encuentro.

Como a mi me gustan...Cutre y caro, regentado por una sueca grande como un armario y desagradable como barco que mueven las olas.
Ducha, cena y paseo por la desierta Mo i Rana.
Me voy a sacar algo de pasta y me veo solo de madrugada pensando que un día acabaré teniendo problemas con estos paseos nocturnos. Pero que caray, ¿no son estos los países con menos inseguridad ciudadana en el mundo? 
Quizás sea cierto, pero de lo que nadie me habló es de la inseguridad animal.
Tuve un intento de agresión, por parte de una gaviota. Jodidos pájaros!
Ya me había pasado el animal y por un par de veces con vuelo raso muy cerca de mi cabeza y gritos amenazadores y yo haciendo haspavientos con los brazos. Para haberlo visto alguien!
En esta época, por lo visto están con los poyuelos que justo empiezan a sacarlos del nido y mira por donde, mi camino en medio de un parque me lleva justo en frente de tres pollos de estos. Hasta ahí podíamos llegar dijo ella!! Tú por aquí no pasas!!! 
La amenaza ya iba más en serio y hasta que no estuve tres calles más abajo, no dejó de sobre volarme intimidatoriamente. Finalmente se quedó vigilante en lo alto de una farola, con el pecho fuera, mientras yo me largaba con las orejas gachas a dormir a mi refugio.


Día 13 Mo i Rana - Kristiansund 670 kms.






Hoy toca tirada larga de transición y de agua, más de 500 kms. sin parar de llover. Como ya es normal he acabado con los pies empapados y el resto húmedo, hasta mis nuevos guantes de goretex no han resistido tanta agua. Y hacia el final del día el frío se apoderó de mí.

Aquí los consumos, son realmente bajos, llego a hacer medias de 4,5 lts. a los 100. Lo que son más de 400 kms. con un depósito.





Y esto es lo que he estado encima de la moto sin bajarme, ya que todo empapado es un engorro parar y quitar guantes etc. Por lo que he ido tirando tanto como he podido.

Desde las 8 de la mañana que desayuné, hasta las 4 que por fin paró de llover no había comido nada. En la gasolinera que paro a repostar, me tomo un café y una pasta, esa será hoy toda mi comida. Pero mi estomago ya me da el primer aviso, no juegues mucho conmigo o te acabaré jodiendo. Al final nos comportamos los dos.
Ahora que parece que sale el sol, aprovecho para salir y pronto me encuentro la carretera que me marca Kristiansund. En los primeros kms. de curvas buenas y asfalto seco he empezado a disfrutar por primera vez en el día. Pero poco dura la alegría en casa del pobre, cuando vuelve a llover de nuevo y la carretera se empieza a mojar, pero aún así este asfalto tiene muy buen agarre, con lo que solo he tenido que bajar mi alegre ritmo un poquito.
La carretera muere en la boca del Ferry que tarda unos 15 minutos en llegar al otro extremo y de aquí al hotel en media hora.
El aceite del cardán parece que tire menos, pero con tanta agua es difícil de saberlo exactamente.
Para mañana dan lluvia todo el día.
De momento pondremos todo a secar.





Estas botas, al contrario de lo que publicitan, no sirven para días húmedos






Por lo que a mí respecta, no sirven para nada relacionado con la humedad.


Día 14 Kristiansund - Sougndal 440 kms 




El día empieza con agua y me planteo hacer una jornada de descanso, ya que tengo unas rutas chulas por delante y me gustaría disfrutarlas en su máximo esplendor. 

Miro las predicciones y no pintan bien, ya que dan agua para toda la semana y finalmente decido seguir. Lo voy preparando todo sin prisa y con el ánimo un poco bajo.
A las 10 ya estoy encima de la moto con todos los pertrechos y listo para afrontar lo que sea.
Hay que ver lo rápido que cambia el ánimo nada más subir a la moto. Aún en días como este en que la lluvia, el frío y sobre todo mucho viento, van a ser mis compañeros de viaje.
Poco me imaginaba yo, que a pesar de las inclemencias, este iba a ser uno de los mejores días del viaje.


Pongo rumbo a la ruta 64, que me llevará por un trozo de la Ruta Atlántica






Nada más empezar ya paso por un túnel submarino, que me lleva de una isla a otra.

Esta carretera creo recordar se terminó en 1982, por lo que sus puentes y túneles ya no se asemejan a los del norte. Por ejemplo aquí la iluminación es más que correcta así como medidas de seguridad. También por lo visto es la segunda carretera de costa más visitada del mundo.
Aunque en días como los de hoy no lo parece. Mal tiempo, poca gente. Mala suerte, buena suerte. Siempre hay algo positivo...¿No?
El viento está pegando fuerte cuando me encuentro con este puente










Su espectacular forma y sobre todo altura, me intimida ligeramente.

Pero aquí y ahora ya no hay vuelta atrás.
Pasan poquísimos coches y no recuerdo ninguna moto.






Pero un paso atrás, solo que para coger carrerilla.

Y es tal la carrerilla que cojo, que lo subo en primera y agachado en el depósito. La sensación es similar a una montaña rusa, una vez arriba el viento no era el esperado y fue allí donde me erguí cual jinete ganador mientras engranaba otra marcha desafiando a los dioses. 
Ahora una vez descendido, ya nada me haría temer las iras de Zeus y me mostraba desafiante.
Tuve tiempo de hacer las paces, mientras sacaba otra vez la cámara, para fotografiar el siguiente que tampoco estaba mal.






Y así con esta pequeña victoria, seguí mi camino por llanuras más apacibles.

Y para celebrarlo un purito a cubierto, en una parada de bus la mar de mona.






Con el cuerpo satisfecho, prosigo por la 64 que pasado Molde me meterá en el primer Ferry de hoy, de unos 15 minutos de trayecto y que me deja cerca ya de Andalsnes donde empieza la Trollstigen

En el ferry entra de todo


Y ya por fin el la famosa carretera de los Trolls
Saltos de agua, altas montañas y tornaitis, me ponen en la duda de si correr, mirar o fotografiar. Y creo que acabo haciendo de todo un poco.






Una vez abajo la carretera se acaba y otro Ferry espera para pasar al otro lado donde espera el fiordo del Geiranger.


No hay que esperar más de cinco minutos ya que hay por lo menos tres ferrys para hacer el corto trayecto




Ala pues vamos a por otro




Ahí está , impresionante todo él.




La carretera que lo rodea, también tiene sus buenos tornattis y es de las que crean afición.
Unos cuantos miradores sirven para que los pocos coches que caben, puedan llevarse para casa su preciado recuerdo y los que no caben se acaban parando en medio de la carretera, creando embotellamientos y extrañamente haciendo perder la paciencia de los que no van a parar. Alguno hasta tocaba la bocina.
Increíble !

Una vez abajo, me encontré con el muñeco Troll por casualidad, nunca lo hubiera ubicado ahí y lo vi porque un grupo de jubilados se estaban haciendo fotos unos a otros.
Yo paciente y cámara en mano, cuando la última abuela me mira sonriente como diciendo... Ya te toca majo. Yo la miro sonriente también, pero le aguanto la mirada y cuando empezaba a pensar que había ligao, le suelto aquello de ...
Take me photo please ?



Pues otra al saco. La foto digo 
Y ahora al mirador de Dalsniva.
Mira que el día está perro, y aún así me lo estaba pasando en grande.
Veo el letrero al mirador y a pocos metros unas cabinas, en la que me temo voy a tener que pagar. Y efectivamente el precio es de 100 K
El amable chico me intenta decir alguna cosa que no comprendo, entre otras cosas porque voy con la música a toda castaña en el midlan y no consigo pararla. Finalmente lo consigo y me informa como motero que soy, de que la carretera de unos 5 kms. dice él, esta en su mayor parte sin asfaltar y por lo visto alguna queja ha tenido. Y así lloviendo y con ese tipo de moto, quizás sería mejor que me lo pensara.
Vale chaval, ya está pensado.Toma tu pasta y abre la barrera.
En el segundo tornatti y todavía asfaltado, me quedo clavado justo en medio, por el trompazo lateral que me ha dado el aire y al cabo de un par de curvas más se acabó el asfalto.



Una vez arriba las vistas aún con el tiempo que tengo vuelven a ser fantásticas.
La temperatura es de 2º y el viento de vez en cuando viene acompañado con algún copo helado que me impacta en cara.
Hay un autocar que ya se va y un par de coches que en breve también se irán y me dejarán completamente solo allá arriba.



Una vista desde arriba con el Geiranger al fondo...Pero muy al fondo





Pues toca ir poniendo rumbo al hotel que el tiempo hoy ha pasado volando.
Y este está en Sogndal a 200 kms de aquí.
Me encuentro el la ruta 55, que sería imperdonable perdérsela y es una carretera de montaña con todo tipo de tramos, pero en su mayor parte muy revirada y estrecha, una gozada, que me planta en una cima a casi 1400 mts de altura y a 3º de temperatura.



El cielo negro y las 9.30 de la noche, me daban premura, pero el lugar y las vistas me mantenían clavado allí.


Y todavía a 84 kms del hotel! No sé si habrá alguien cuando llegue, ya no puedo hacer nada más que ir tirando sin pausa. Pero esos últimos kms. en esas mojadas y frías carreteras necesitan de su tiempo.
Finalmente llego al hotel a las 10,30 de la noche y por suerte la recepción no cierra hasta las 11.
Hoy dormiré calentito y como un tronco.



Día 15 Sougndal - Kungalv (S) 650 kms. 




Hoy abandono Noruega y parece que no llueve.

Nada más salir, ya estoy atravesando túneles y a los pocos kms. a la salida de uno se acaba la carretera y hay una pequeña cola esperando embarcar en un ferry de corto trayecto. Este no lo tenía controlado y me ha sorprendido. Más que tener que cruzar en ferry, lo que me sorprende es que ya saliendo del túnel indica el carril donde parar, según a donde vayas y como no paran de llegar coches y camiones, la cola acaba siendo dentro del túnel, que para más inri , acaba en curva. Algo que en principio me pareció bastante peligroso, visto en la distancia y teniendo en cuenta que se respetan bastante las señales de limitación de velocidad, aquí no lo es tanto.
Una vez desembarcado, hay dos opciones para ir dirección Oslo, una corta y otra más larga. Dentro del barco mantuve una charla con un motero local, que por cierto, no se ven mucho y parecía llevar el mismo camino que el mio, por lo que la decisión fue fácil. El tiró por la larga, pues yo detrás. Resultó ser una entretenida carretera de montaña la ruta 50, por la que rodaríamos casi una hora. A partir de aquí una tediosa carretera donde no era posible pasar de 70 sin contar las numerosas poblaciones a 50.
Se notaba que iba bajando hacia el sur, ya que el cielo estaba cada vez más despejado y la temperatura no hacía nada más que subir. En cada parada, me quitaba una capa de ropa. Ya no recordaba lo bichos pegados en la visera del casco. En una de estas paradas veo que ya no pierde aceite el retén del cardán, imagino que una vez tirado el sobrante ya se ha estabilizado.
Así poco a poco y cargado de paciencia acabo llegando a Oslo y aquí parece que algún tramo de autopista/ autovía si que tienen.
El paso de Noruega a Suecia, como no podía ser de otra manera es por encima de un macropuente, desde el cual me despido de un país, que aunque algo húmedo, me ha dejado un gran sabor de boca y del cual mantendré un muy buen recuerdo.






Sigo por autovía hacia mi destino de hoy en Kungalv muy cerca de Goteborg.

Hoy dormiré en un complejo de albergues y apartamentos, donde esta vez sí, la chica de recepción era una sueca, sueca.
Y ella también conocido a otra sueca, aunque algo mayor.





Y que bien se conserva la jodía.

Un poco de charla y de guitarra con unos chavales de por allí y a dormir.



Día 16 Kungalv (S) - Bremen (D) 800 kms. 




A las 8.30 ya estoy a punto para hacer una tirada larga. Donde acabaré de cruzar Suecia y Dinamarca para plantarme al norte de Alemania.

El día pinta bien y con buena temperatura. De aquí hasta destino no hay más que autovías o autopistas.
Bajo Suecia de una tirada y no paro a repostar, hasta un poco antes de Malmo.
Donde esta vez sí atravesaré su famoso puente.
Aquí mientras fumo un poco han llegado tres moteras, con las que nos saludamos y me pregunto porque es tan raro de ver, incluso aquí.
Y ahora sí, después de pagar unos 30 € cruzo el puente dejando a mi espalda Suecia...











y entro en Dinamarca.







Y paso también el último gran túnel






Ya en la E47, no la dejo hasta el final, en Rodbyhavn donde también me espera el último ferry del viaje y el más grande, que en poco menos de dos horas ya me habrá dejado en Alemania. Concretamente en Putgarden.

Venga chaveles biodramina y a embarcar






Una vez atadas las motos, aquí cada uno se ata la suya, me doy un paseo por el barco, el cual tiene tiendas y varios restaurantes.

Finalmente me decido viendo que se menea muy poco y que la pastilla hace su efecto, para aprovechar el tiempo y me atrevo a comer un plato combinado, así cuando salga ya podré ir del tirón.
Se puede pagar en coronas o en euros, por lo que una vez me he desecho de todos ellas ya pago con la que todavía a día de hoy es mi moneda.
Ya en ruta de nuevo, carretera y manta. Manta, manta...Me ha vuelto a entrar el sueño del que se marea y carga con los efectos secundarios.
Me paro en cuanto puedo y me tomaré un expresso, bastante bien hecho.
Mi alegría es doble ya que aquí puedo fumar en la terraza del bar.
Despejado ya prosigo sin más hasta Bremen donde tengo el hotel.
El de la subida me costo 41 € y este 56 € . Aquel era algo cutre y este será el mejor de todo el viaje. Una habitación de película y un trato exquisito.
Encontrarlo me costó un poco, el navegador me dice que ya he llegado y estoy encima de un puente. Lo peor es que no sé o no recuerdo ni como se llama el hotel, ya que le puse la dirección pero no el nombre. Y dando vueltas, vuelvo al puente y algo me dice que amplíe el radio de visión y en la calle que pasa por debajo, veo unos toldos que me resultan familiares, si creo que esa es la foto que vi ayer del hotel. Miro de llegar por mis medios y finalmente doy con él.






Todo un lujo!

La guinda


Día 17 Bremen - Nürburgring 450 kms. 




Como colofón a este viaje que ya va tocando a su fin, quería ya que pasaba muy cerca, visitar el famoso trazado de Nurburgring.

La noche anterior cogí una habitación en el pueblo de Adenau, en un hotel que sin saberlo estaba situado entre dos curvas del "circuito". Le llamaré así aunque propiamente no sea tal cosa. No está tipificado como circuito, sino algo así como carretera de único sentido, sin limite de velocidad. Donde las otras normas de circulación si son vigentes y a respetar. Adelantamientos, ruido, contaminación, etc.
Con una distancia de más de 20 kms., se puede comprar desde una vuelta por 26 €, hasta un abono anual por 1.400 €.
En el mapa ya vi que las carreteras que rodean toda la zona estaban bien retorcidas, por lo que a parte del circuito tendría más cosas que visitar.
Aunque antes de llegar, tendría que probar en propia piel, lo de las obras en la autopistas germanas. En cuestión de dos kms. se puede pasar de ir a la velocidad que dé de sí el vehículo que sea, a estar parado en una monumental retención. Recuerdo haber pasado kms. y kms. de camiones prácticamente pardos a la derecha ya que al final se convierte en un embudo con un solo carril y ese único carril, lo acaban sacando de la autopista y lo meten por carreteras secundarias, cruzando pueblos, rotondas y semáforos, durante unos 15 kms. donde te vuelven a meter dentro de la autopista en la siguiente entrada. Con la moto más o menos se va uno escapando, pero al resto, no les queda otra que cargarse de mucha paciencia.
Sobre la una y media del mediodía llego a mi destino y lo primero que hago es irme a ver el circuito y sus alrededores.







Y la verdad es que es grande de narices. Tanto en distancia como en infraestructuras. Por toda la zona colindante en un radio de 20 kms. vayas por donde vayas ves tramos de circuito, y si no lo ves lo escuchas. 

Una vez visto y controlado, lo que no cuesta mucho ya que todos los letreros te llevan hacia el circuito, me voy en busca del hotel.
Como ya he comentado, este se encuentra entre dos curvas del trazado y como vería después la dos más chungas.
Descargo la moto y me preparo algo de comida en la terraza, mientras veo bajar a esos pepinos de cuatro ruedas, rechinando y haciendo resoplar los boxer's alemanes.






Las vistas son de lujo en este hotel monotemático .






Una vez saciado el apetito y descargada la moto por completo, me dirijo de nuevo al circuito, pero sin tener muy claro si voy a entrar o no.

Las tandas que he visto desde mi habitación, la verdad me han acojonado un poco.
Como no lo tengo claro y hasta las 17.30 no empiezan los "Paseos Turísticos " que dicen allí, controlo donde están las taquillas y me doy una vuelta por el lugar.
Si lo que se desea es alquilar un coche, hay desde los más sencillos a los más sofisticados.






También se pueden alquilar estos taxis tan originales, donde el taxista no hace otra cosa que dar vueltas durante todo el día.







Si es que hay trabajos y trabajos.

También se pueden ver por ejemplo los coches "camuflados" de fabrica, haciendo sus pruebas.





Los Audi que yo vi, parecía que fueran a partir el asfalto. Ya que en esta recta cuando quitan las cabinas de los Paseos turísticos y siendo de las más largas del mundo, sino la que más, alcanzan la velocidad máxima durante un buen rato.

Este está esperando para su paseo... Ja!





Finalmente llegaron unos moteros alemanes, con algo más normalito, parecido a lo mio y me quedé cerca de ellos. Sacan ticket, saco ticket, chaquetas apunto, pues lo mismo. Y por fin llega el momento de entrar. Me quita la tarjeta de la boca  el controlador de la entrada y tras pasar unas eses de conos bien cerradas, ya estoy en el ajo.

Como evidentemente no me conozco el trazado, mi intención es buscar a alguien, con un ritmo asequible. La primera moto que intento seguir, una deportiva, veo que el paso de curva, que tiene me sirve y me sobra, pero en cuanto viene un trozo recto, desaparece. No voy a estrujar la moto, con los kms. que ya lleva encima y me quedan unos cuantos hasta llegar a casa. Así que me quedo solo durante un rato, donde coches y motos me adelantan como si estuviese parado. Un par de coches pequeños, me pasan casi rozando y eso me hace estar pendiente de los retrovisores.
Aquí por lo que vi, vienen desde turistas a estrujar sus potentes coches, como los chavales de la zona con sus más modestos golf o similar y esos me daban más miedo que otra cosa.
En el trazado hay muchos cambios de rasante, por lo que una vez arriba no tienes ni idea hacia donde se va a dirigir la trazada.
Finalmente dí con una moto, que me serviría de buena referencia, creo que era una Yamaha 1300 e iba con paquete. Su ritmo era algo inferior al mio, pero tampoco demasiado y este aún que también le gustaba de estirar en tramos rectos, lo pillaba sin problemas en las curvas. Y a partir de aquí teniendo una referencia y sin necesidad de ir estrujando la moto, pude disfrutar de lo lindo. Y sin darme cuenta ya había dado la vuelta completa.
Tal como salí, eufórico, me pare al lado de dos motos que se miraban las ruedas tras su vuelta y con el casco y la sonrisa puesta les grite... Que guapo!
Ellos, alemanes ellos, asintieron sonrientes también.
Y ya me fui directo a hacer los tramos que había visto anteriormente.






Entre el circuito y estas carreteras de montaña, la zona esta llena de motos y de chiringuitos moteros, invitándote a parar. Y como no, bastante movimiento de policía, que como dice el dicho, no es tonta.

Una paradita para repostar y a mi lado se planta un Mercedes MClaren. Se me pasó pedirle una foto al propietario, pero evitaba la mirada directa, pensé, como le digas de hacerle una foto al coche, te mata.
Y es que un tío con un carro de un millón de euros, tiene que estar harto de semejantes peticiones. Me dio lástima y no le moleste, mientras miraba las presiones de sus neumáticos, que valían más que mi moto entera.
Pero yo ya tengo mi adhesivo.





Esta de hoy ha sido la guinda perfecta, para este viaje, que aún a falta de una tirada de 1.300 kms. de autopista, aquí se podría dar por concluido.

Una buena ducha, ya que el día ha sido muy caluroso y como premio un buen bistec en el hotel, paseito, rosli y a dormir.
Que me da que mañana será un día duro.



Día 18 NÜrburgring (D) - Corbera (BCN) 1.350 kms. 




Después de desayunar y ver rodar los coches durante media hora, a las 8.30 estoy encima de la moto para afrontar la jornada más larga y tediosa del viaje.

Un par de vueltas antes de encontrar la autopista dirección Trier y Luxemburgo.
Voy haciendo kms. y kms que al principio cuestan de sumar, pero poco a poco van cayendo.
Cada 200 o 300 kms. voy parando, para repostar o fumar o comer un poco o todo a la vez.
El calor como era previsible empieza a apretar a medida que voy bajando por Francia.
Como siempre a la altura de Lyon me lío. El navegador me marca que vaya por el centro y yo le digo que esta vez quiero buscar una alternativa. Ya que tiene haber otra que no sea el centro.
Llevo el mapa demasiado recogido y no veo cual de las opciones que tengo va en mi dirección.
Recuerda para la próxima...Marsella!
Finalmente no voy por el centro. Voy por todos los suburbios de Lyon. Trás más de media hora dando vueltas y comprobar que son todos muy similares sean de la ciudad que sean, decido que ya he hecho bastante turismo y sigo por la autopista ahora si, dirección Marsella.
La temperatura se está haciendo pesadita, 30º marca en el cuadro de la moto.
En Montpelier caen cuatro gotas, que son una bendición y refrescan el ambiente un poco. 
El cielo amenaza tormenta y efectivamente al rato descarga la de dios. No querías bendición...Pues toma!
El tráfico parado en la autopista, ya que no se ve nada. Zigzagueando voy tirando pero muy despacio, en el suelo hay grandes charcos y la visibilidad es muy justita.
Me llega a calar la chaqueta, cosa que hasta la fecha no me había ocurrido jamás.
En cambio las botas que calan con un salibazo, en esta ocasión han aguantado.
Por lo visto son botas de tormenta. 
Pasada la tormenta, paro a quitarme los cubreguantes y a fumar un poco. Parece que ya ha pasado.
Solo volveré a parar pasada la Jonquera, donde repostaré y mando un mensaje a casa, tipo sr. Lobo. Estoy a dos horas, en una hora llego.
He corrido más en este último tramo que en las autobahn alemanas.
A las 11 de la noche llegaba a casa, donde me esperaba pacientemente, mi mujer Carme. Con la que podría pasar el día siguiente , el de mi 50 aniversario.


Y este el el kilometraje de llegada







Lo que me da un total de 11.300 kms, en 18 dias.



Darle las gracias a Carme por la paciencia que tiene conmigo y con "ella" , que es como llama celosamente a la moto.



PPiraña, por dejarme ese peazo bolsa. (Que sepas que también cala cuando llueve mucho).



Allex por ese asiento confort, que me ha permitido hacer largas tiradas sin soltar más lágrimas de la cuenta.



Monty por el navegador. Al final creo que le saqué partido y seguro es, que sin él todavía no habría llegado.



Y a , si has llegado hasta aquí, por leerte este tocho.



Este es un viaje, que necesita algo de preparación y marcar una ruta y sus puntos de interés. Yo no me fije plazos y fui sobre la marcha, miraba de fijar la ruta de un día para otro.

Disponer del tiempo es quizás más importante, que del dinero.
En este caso yo disponía de un mes entero y de un máximo de 6.000 €.
Del mes me han sobrado doce dias y finalmente tras contar todos los movimientos en la cuenta me ha sobrado algo más de la mitad, con lo que no he llegado a los 3.000 € aunque por poco.
La moneda local la saqué en destino, pero si no hubiera sido por el miedo de fallo en los chips (aquí me funcionan perfectamente ), no hace falta, porque allí se paga todo, absolutamente todo con tarjeta. Desde un café hasta la gasolina.
Con las gasolineras no tuve ningún problema nunca. En la mayoría tienen la opción de que la máquina cambié a varios idiomas. Me sorprendieron las de la Shell, ya que nada más meter la tarjeta y leer el chip , automáticamente el idioma de comunicación era el catalán.
Sobre la moto, no puedo hablar más que bién, ha llegado aquí, sucia, pero como una campeona con sus más de 140.000 kms.
Sobre el retén del cardán, una vez vaciado en casa para hacer el cambio. De los 180cc. que le hecho ,salieron 160 cc. Ahora prácticamente no pierde nada, pero en cuanto tenga el retén se lo cambiaré a ver si dura lo que este.
Con las ruedas tenía el miedo de que no me llegarán , ya que con estos mismos neumáticos , Michelin Pilot Road II. lo más que les suelo hacer son 10.000 kms. pero por aquí, lo que quiere decir, que a los 8.000 ya empiezan a ser "denunciables".
Pues gracias al mango suave y a las restrictivas velocidades del norte, actualmente tienen 12.000 kms y lo curioso, para mí, es que les queda cuerda.


Y eso es todo amigos !



Ah ! Si te mareas no te olvides las biodraminas, 




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